«Harta del destrato»: Villarruel se planta ante Milei y evalúa lanzar su propio espacio político con la mirada puesta en 2027

Villarruel marca distancia de Milei y comienza a trazar su propio camino político

La relación entre Victoria Villarruel y Javier Milei atraviesa su punto más crítico. La vicepresidenta, cansada de las agresiones por parte de cuentas oficialistas en redes sociales y del destrato por parte del propio Presidente, decidió tomar una postura firme. La gota que rebalsó el vaso fue el pedido de Patricia Bullrich, enviada por Milei, para frenar una sesión del Senado, y los reproches del mandatario por no impedir que el kirchnerismo y sectores dialoguistas lograran quórum y aprobaran proyectos que complican el equilibrio fiscal.

Fue entonces cuando Villarruel cruzó un límite político al sugerir que los fondos para atender la emergencia en discapacidad y los aumentos a jubilados podrían obtenerse recortando gastos del Ejecutivo, como los viajes del Presidente o los fondos reservados de la ex SIDE.

La tensión escaló con cruces públicos en redes sociales entre Milei y su vice, y llevó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a admitir que el Gobierno enfrenta «una crisis política». Sin embargo, la ruptura no es nueva: comenzó incluso antes de asumir, y desde entonces la Casa Rosada ha intentado correr a Villarruel del centro del poder. Ella, sin embargo, resiste desde su rol institucional en el Senado.

En su entorno aseguran que no tiene pensado renunciar, aunque reconocen que su futuro ya no está dentro de La Libertad Avanza. Por eso, tras las elecciones de octubre, planea iniciar el armado de un espacio propio con vistas a 2027. Según quienes la acompañan, cuenta con buena imagen pública, aunque también admiten que cualquier proyecto que impulse deberá construirse fuera del partido libertario: “todos los puentes están rotos”, aseguran.

Mientras tanto, Villarruel mantiene el control del Senado y ha evitado confrontaciones públicas, aunque ha rodeado su equipo con perfiles ligados al ámbito militar y de inteligencia. Uno de los movimientos más llamativos fue el nombramiento de Claudio Gallardo, ex jefe de inteligencia vinculado a César Milani, como director de Seguridad de la Cámara Alta. Se especula incluso que mandó a revisar su despacho por temor a estar siendo espiada.

En paralelo, sumó a su equipo a Mario «Pato» Russo, consultor que en 2021 fue clave en la campaña de Milei y que intentó sin éxito recomponer el vínculo con los hermanos Milei.

Desde el oficialismo, algunos buscan una tregua para evitar una crisis mayor dentro del Gobierno, aunque muchos coinciden en que la vicepresidenta no colaboró para mantenerse dentro del proyecto libertario. “Si se hubiera alineado con la estrategia del Presidente, hoy sería intocable”, comentó un operador cercano al Ejecutivo.

La grieta entre Milei y Villarruel, que nació durante la campaña presidencial y se profundizó con el paso de los meses, parece ahora irreconciliable. Y mientras desde el círculo presidencial quieren dejarla afuera, ella ya empezó a diseñar su futuro político por fuera de La Libertad Avanza.